miércoles, 15 de octubre de 2008

Fruto del amor

No se cómo explicarte este sentimiento en mí,
vive tan dentro, que a veces me cuesta sacarlo.
Será porque la gente presume que no está bien,
será porque todos piensan en que es apresurado.

No quiero que pienses que no mido las cosas,
que sólo soy una niña que quiere alcanzar sus sueños.
Sé que no es un juguete nuevo, una ropa nueva.
Sé que no es un capricho, lo sé muy bien.

Es más que eso, viene desde muy adentro mío;
no diferencio si es además una necesidad o sólo un deseo.
Quiero que llegue a mi vida, a nuestra vida.
Y tengo miedo que no podamos lograrlo.

Nunca te lo dije,
pero no quiero que se nos pase el tiempo.
No quiero que no lo logremos,
sí, puede ser que mi ansiedad me esté comiendo.

Es tan loco lo que digo amor?
Es tan sólo una demostración de nuestro amor.
Es lo que nos va a unir aún más,
es nuestro sueño amor...

sábado, 11 de octubre de 2008

Ángeles caídos

Tomo responsabilidades que a veces me son muy difíciles de afrontar y las tomo como muy mías. Es díficil cuando una situación te toca muy de cerca y te duele cómo si fuera propia.

La oscuridad cae sobre estas paredes.
Todo comienza a decaer, a romperse, a deteriorarse,
a empaparse de miedos, pánicos, peleas, llantos,
a inundarse de indiferencia.

La unidad comienza a destruirse,
el hogar se cayó y junto con eso,
nuestras charlas, nuestros proyectos,
nuestras vivencias.

Yo, tan indefensa y débil,
me aferro a esta situación,
me involucro en ella cómo si fuera mía,
pero a la vez huyo.

Me escapo de esta situación, de esta realidad.
Siempre creo otras responsabilidades
para que las dolorosas o las difíciles no me hagan caer;
y poder huir de ellas.

Cómo ver caer a un ángel y no poder levantarlo.
Buscar las herramientas y que ninguna sea la indicada.
Sufrir con los demás y no con tu ángel,
por miedo a que decaiga más todavía.

Hacerce cargo a tal punto que opaque tus responsabilidades,
tus proyectos, tus tareas,
a tal punto que te duela el alma,
tanto cómo para no dejar de llorar por horas, desesperadamente.

Llorando tanto cómo para caer, igual o peor que ella,
tomando como tuyo esa oscuridad que no te pertenece,
culpandote de no poder hacer nada,
caer cómo ella está cayendo.

Sentimientos encontrados...

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Cuando un sentimiento te fluye por las venas, es mejor que también fluya en un papel...